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| foto: lanacion.com.ar |
Hace un tiempo deseaba escribir sobre este tema. Y la verdad que no quiero herir sensibilidades de mis compañeros del arte, pero la verdad aunque duela es la verdad. Y como Nadie Me Quita Lo Bailau aquí mi sentir sobre este tema tan complejo.
Buscar culpables sobre la decadencia del arte del transformismo es como buscar una aguja en un pajal. Pero si podemos ver, desde un punto de vista, cuáles han sido las razones por el cual ser transformista no es un atractivo para algunos.
En los pasados meses leí en las redes sociales un estado de una transformista donde denunciaba la cancelación de su presentación en un bar. Lo más mortificante de este estado no fue la cancelación, si no que el mismo día que su presentación fue cancelada esta fue sustituida por otras que quizás no contaban con la popularidad la primera. Para colmo de males, enterarte por las redes sociales es un acto de cobardía y poco profesionalismo para cualquiera que vive por el arte.
Al paso de los días este bar, para tapar el boquete, le hacen una invitación futura y se disculpan por el lamentable suceso. Al paso de los meses leo un estado de la conocida Madam La Queer donde se quejaba de la mala paga, de los pocos lugares que contrataban sus servicios y del apoco apoyo de sus compañeros del transformismo, refiriéndose a la decadencia del arte en nuestro ambiente. Y yo me pregunté: ¿Quién tiene la culpa? ¿Por qué nos quejamos cuando las cosas nos trastocan y no nos unimos cuando desde hace varios años venimos denunciando que ya no hay plazas y que solo existen escenarios para la mediocridad, el mal gusto, y los conocidos transformistas baratos o peor aun que hacen show por déficit de atención?
Algunos todavía me preguntan por qué yo no estoy tan vigente en los shows como antes. Sencillo, yo he dejado de presentarme en bares y clubes por que no regalo mi trabajo. Por que yo no vivo del transformismo al contrario, el transformismo vive de mi. El gasto que uno incurre en prepararse para un presentación estipula en más de $300 cuando te pagarán – mínimo - $50.
En la época de los 70 y 80 el transformismo se pagaba muy bien y valía la pena gastar un poco más de lo que te ganabas. Para esa época sí se reconocía el talento, y a diferencia de hoy en día, no todas tenían el honor de presentarse en los escenarios donde se presentaban artistas como Antonio Pantojas, Reny Williams, Wllie Negrón, entre otros. Recuerdo, que para yo darme a conocer tuve que competir en La Cara Nueva De Bachelor. De ese Talent Contest salieron varios transformistas que dejaron huellas y que hoy día no ejercen el arte por lo mismo, la mala paga.
Pero…¿de donde viene el problema? ¿Es de los dueños de los bares? ¿Serán los dichosos promotores? ¿Será que los strippers con sus “gistros”y sus penes erectos son más atractivos que nuestras imitaciones? ¿O son las famosas baratas? Que por estar en una tarima te llevan toda una producción tipo Disney por $50?
Pues hay de todo un poco y lo peor de todo es que somos nosotros los culpables de la decadencia del transformismo. Los dueños de los bares siempre van a querer economizar y si les ofrecen un circo por $50 jamás van a contratar a un transformista que vale $300. Ahora la moda de varios clubes y bares es celebrarle el cumpleaños a cualquier cliente o personalidad del bar para así economizar el dinero del show. Prefieren gastar en un cake y que el cumpleañero traiga una gama de transformistas de gratis.
Por otra parte si los dueños son gays créanme que ellos van a preferir gastar el dinero en un stripper bien dotado que un transformista muy talentoso. A eso añádele los dichosos promotores que ahora son la moda en nuestro mercado. La gran mayoría tienen su grupito donde solo le dan trabajo a sus preferidas sin tener en cuenta las que siempre dan la milla extra por el arte. Como siempre he dicho, hay promotores y hay promotores de cartón.
Por otro lado, están las que comenzaron de gratis y ahora por que salieron en cualquier programa de TV te quieren ver la cara y por un numerito y un vocabulario lleno de malas palabras te facturan $500. A eso añádele las egocentristas que sabemos de su talento y se recuestan de eso y viven su vida poniéndole el pie a las demás que llevan más años que ella, que comenzó ayer.
También no pueden faltar las que dicen: Yo soy estilista, soy programador, soy militar, soy la ostia humana y no dependo del sueldo de los shows. Y que importa que no dependas de igual forma deberías venderte bien y no regalar tu trabajo. Otras que cobran entre $400 a $500 y te llevan una comparsa de invitadas las cuales solo reciben el aplauso del público. Todas estas cosas mencionadas aquí son las razones por las cuales el transformismo ha decaído enormemente.
Creo que es tiempo de detener tal modalidad y reclamar nuestro sitial en el ambiente. Somos parte importante del entretenimiento en el ambiente y no podemos seguir tolerando que se nos margine y que las leyendas del transformismo sigan en peligro de extinción. Por esto y más he dejado de presentarme. Por eso pienso mil veces regalar mi trabajo.
En una entrevista que me concedió la cantante Yolandita Monge en mi programa de radio, ella mencionó algo que jamás olvidaré y lo he puesto en práctica. Recuerdo que cuando hablamos de lo mucho que la imitábamos y que a pesar de que ella no sacara un disco al mercado era una de las artistas más imitada en el ambiente ella me dijo lo siguiente: Yo solo espero que cuando me imites cobres por tu trabajo. Yo no me gano un centavo cada vez que me imitas y mucho menos el autor de la canción. Entonces, te pido de favor que valorices tu trabajo y no te regales.
Desde ese día decidí no hacerlo más. Y si voy a regalar mi trabajo prefiero hacerlo en la parada de Boquerón donde me ve el ambiente entero y sé que nadie se beneficia económicamente con mi presentación. El día que sea todo lo contrario no me presento más de gratis.
Solo puedo decirles que mientras no pongamos un detente a este desmadre de lentejuelas y canutillos seguiremos sin buenos talentos, sin buenos shows, y sin plazas para quienes llevamos años en el arte. Hay que reorganizarnos y exigirle a los dueños del cubes, promotores, productores y/o todo el que este al mando de agendas y contrataciones de talentos que se estipule un sueldo digno para quienes vivimos del transformismo o mejor dicho para quienes vivimos por el arte del transformismo.
Dejemos de regalar el arte por nadie por que a fin de cuentas nadie te contrata por un show de gratis. Sean más selectivos a la hora de negociar precios. La unión es la clave de todo. Si pierdes tu tiempo en desacreditar a tus compañeros por miedo a perder tu plaza créeme que tarde o temprano la perderás.
Si en algo tod@s tenemos que estar de acuerdo es que se nos pague bien y que las que apenas comienzan que se ganen con esfuerzo el nombre y la popularidad como nos ha tocado a varios de la vieja escuela. Los nuevos talentos deben presentarse en concursos de belleza y concursos de talento. No creo prudente que un transformista que solo lleva semanas dando shows esté en el escenario haciendo o tratando de hacer lo que a muchas nos ha costado años. No dejemos que el arte decaiga y con esto espero que las cosas cambien por el bien de tod@s.
No es hacernos ricos con el arte pero si remunerar, de cierta forma, lo que se gasta para presentar un espectáculo de calidad; como el público exige noche tras noche.
Con esto los dejo. Hasta la próxima columna que de seguro dará mucho de que hablar.
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